A veces solemos decir acerca de un pintor, autor, compositor de música, o artista entendido en particular: “¡Estuvo inspirado!” Verdaderamente puede haberlo estado. Pero éste ha sido un tipo diferente de inspiración del que poseyeron los profetas de Dios. Cuando Pablo le escribió al joven discípulo, Timoteo: “Toda la Escritura es inspirada por Dios” (2 tim. 3:16).
La Palabra de Dios es para nosotros el árbol de la vida; cada porción de la Escritura tiene su uso; en cada parte de la Palabra hay alguna lección que aprender. Aprended pues cómo estudiar vuestras Biblias. Este Libro no es un montón de retazos; es un educador. Debéis ejercitar vuestros propios pensamientos antes de poder sacar verdadero beneficio del estudio de la Biblia. Los nervios y los músculos espirituales deben ser ejercitados con la Palabra. El Espíritu Santo hará recordar las palabras de Cristo; iluminará la mente y conducirá en la búsqueda de una verdadera vida.